Las pruebas de polígrafo, también conocidas como pruebas de detección de mentiras, son una herramienta utilizada para evaluar la veracidad de las respuestas de una persona en relación con determinadas preguntas o declaraciones, aunque se utilizan ampliamente en diversas áreas, es importante comprender su efectividad real y su relevancia en la toma de decisiones informadas, si bien las pruebas de polígrafo pueden proporcionar información útil en ciertos contextos, se consideran un método de detección de mentiras muy eficiente, la efectividad de estas pruebas depende también de algunos factores como la experiencia del examinador, el tipo de preguntas formuladas y la calidad del equipo utilizado.

Se estima que la precisión promedio de las pruebas de polígrafo se sitúa en torno al 88% al 98%. Esto significa que, en un porcentaje pequeño de casos, estas pruebas pueden generar resultados incorrectos, ya sea clasificando como veraz una mentira o como falsa una declaración verdadera, es importante tener en cuenta estas limitaciones al interpretar los resultados de una prueba de polígrafo. A pesar de las limitaciones, las pruebas de polígrafo siguen siendo consideradas relevantes en ciertos escenarios profesionales y desempeñan un papel importante en la toma de decisiones informadas.